No hay conversación que comience con un lo siento y que finalice con un gracias que pueda terminar mal. Si además ese lo siento va acompañado con un “de verdad”, el éxito esta asegurado. Hay que decirlo, hay que recibirlo y hay que aceptarlo, es sano errar, y es humano rectificar y es sabio perdonar.
Ya son 11 los años que han pasado desde que pise por primera vez el colegio. Un buen trozo de vida, un tercio exacto, de hecho, yo divido esas etapas en infancia, adolescencia y Asunción. La vida es el tiempo que pasa sobre un cuerpo, y la rutina es aquello que se encarga de ir acumulando ese tiempo sobre ese cuerpo, abotargando la voluntad y borrando la creatividad. La ilusión es aquello que elimina del cuerpo esa pereza, es quien te mantiene vivo, la que hace que, aunque la vida y el tiempo pase, no permita que se acumule el peso sino mas bien te libere.
Mi rutina es maravillosa, cada día llegar a un lugar que puedo llamar mi casa, y encontrarme con personas a las que puedo llamar amigos, pero es rutina. Los comienzos son lo que te hace llenarte de ilusiones, de expectativas, de nuevos retos, creo en los comienzos, creo en la ilusión y aunque no me resigne a pensar que necesitaba algo nuevo, todos lo necesitamos.
Empiezo con el lo siento. De verdad que sí. Hace unos dos años, proyectamos un nuevo deporte en el colegio. El voley. Algo que me gustaba, que estaba convencido de que podía salir bien, pero que tras un par de años de ciertas expectativas y de ilusiones, aquello no tiraba para arriba como me hubiera gustado. ¿Estaba haciendo de verdad todo lo que podía?…..Lo siento de verdad.
Creo en mi, en mi capacidad para dar la vuelta a las cosas, y por eso no dude en asumir que no había hecho lo que tenia que hacer en este tema, y al menos hacer que este grupo de chicas, piensen que se pueden hacer las cosas algo mejor, ahora bien, no me imaginé que a estas alturas estaría sentado escribiendo esto.
Hace menos de dos meses que me puse al frente del grupo de chicas que van por el camino de marcarme como me marcaron aquellos, por eso me he dado cuenta de que este es un nuevo comienzo.
Hace 11 años llegué, y durante los 4 años siguientes dirigí al grupo con el cual siempre he comparado a todos los equipos que luego he dirigido, y he de reconocer, que todos perdieron la comparación….pero me parece a mi, que estas chicas, las que siempre perdían, ni van a perder muchos partidos este año, ni van a perder la comparación con ellos.
Mis niños de futbol sala de ese mismo curso, suelen meterse con ellas diciéndoles que son “malas”, y ese es el estigma que ha corrido estos años con estas niñas de voley, pero esos días se acabaron, desde ahora, ser jugadora de voley de Asunción es algo mucho mas importante que ser una simple jugadora de voley, significa formar parte de un grupo donde la alegría es la forma de ser, y donde se contagia la felicidad por el juego….que no se me enfaden mis niños de futbol, que se llevan un entrenador de futbol sala mejorado, recargado, porque sí, este es mi nuevo comienzo.
Y que hace que sean tan especiales. Es encontrar en ellas el origen de todas las decisiones. Cuando uno decide hacer algo de manera voluntaria, lo hace simplemente por la idea de que se va a divertir, de que va a aprender o simplemente lo va a pasar bien. Entre todos, hemos convertido el deporte de colegio a veces en algo excesivamente complicado, en un trabajo forzado, en una competición sin cuartel, en una presión sobre el que no hace lo que te gusta, y el descargo de muchas frustraciones personales en personas que solo querían divertirse. Esta teoría nos la sabemos todos, pero la parte practica es muy difícil aprobarla. Por supuesto que hay casos de todo tipo, pero sintiéndolo mucho, como coordinador de ADA, le pido desde aqui a todos los que formamos nuestra querida Asociación, que se me acerquen a partir de ahora para hablarme mas de diversión, a todos mis entrenadores que se preparen mas entrenamientos para que haya tiempo para reír, para conseguir que se respire alegría y que por favor, padres y madres, nos ayudéis.
En aquel equipo de hace 11 años había un grupo de chicos que posiblemente encontraron en mi a la persona que comenzaba y que les miraba con ojos de quien les veía como los mejores, como los que podían conseguir cualquier cosa. Allí como hoy había personas que marcan un camino, y todavía cuando cierro los ojos, y pienso en ellos, veo a Pablo, del cual siempre decía de el que tenia tanta fe en mi que era capaz de darse contra una pared sin dudarlo si yo le aseguraba que desaparecería a su paso, o mi capitán pelirrojo, tan consciente de sus limitaciones como sabedor de lo ilimitado de nuestro poder, o mi recordado Nacho….el gordo que nunca dejó de regalar su esfuerzo para el equipo, siempre en un pase para alguien, antes que un gol para el…sigues conmigo….. Y ahora…..solo un mes y medio, vuelvo a sentir que son las mejores, que pueden conseguir cualquier cosa, pero que sería de esto sin alegría del alma del equipo, tan dorada por fuera como brillante por dentro, o sin mi capitana que es magia pura dentro de la pista, y humildad fuera de ella, o sin esa entrega de aquellas que ruegan y ruegan por cambiar un día la clase de inglés por no dejar a su equipo en un partido….amistoso, pero de su equipo….de mi equipo…. no hay nada mejor que empezar con un lo siento, y al final dar las GRACIAS.