Ayer es hoy, y siempre sera hoy

Llegan las finales, el momento cumbre de la temporada, el día en el que se decide quien quedará escrito en el palmarés de la competición, días para disfrutar del trabajo hecho durante toda la temporada, y por encima de todo, para sentirse muy orgulloso de quien te rodea.

Estamos en una época en la que mandan los “likes”, en la que la gente se muestra mas “virtual” que nunca. Pienso que aquel que te aplaude a todo, sea bueno o malo aquello que hagas, no conviene tenerlo cerca, mas bien sentado atrás del todo, en la última fila de tu aforo, donde puedas verlo, pero en un lugar donde puedas ver por delante a todos los que en un momento dado te van a mirar a la cara y te van a cantar las “cuarenta” cuando sea necesario…posiblemente, ese amigo que un día te puede resultar molesto porque no te baila el agua siempre, ese es quien te va a hacer mas bien que nadie, es quien te va a permitir dar pasos adelante, y quien al final, va a querer lo mejor para ti…de esos yo tengo a uno, y hoy voy a presumir de el.

Ayer su equipo de guerreras inauguraba las finales de esta temporada. Además lo hacía ante un rival de mucha entidad, y en campo ajeno. O eso es lo que yo pensaba cuando iba hacia alli. Estas guerreras han conseguido movilizar a una legión tras ellas, y ayer la primera impresión que tuve cuando pisé el colegio de la Presentación fue que aquella también era mi tierra, mi casa, porque al fin y al cabo, tu casa es donde esta tu gente, y la manera en la que se volcó ayer tarde la marea burdeos fue una vez mas para recordar. Lleno hasta la bandera, de padres que llegaban con la certeza de que ganar era mas que dificil, pero que la oportunidad de ver dejarse a su niña el alma en la pista no se lo iban a perder de ninguna de las maneras, de madres que sufren mas que nadie, que se fijan mas en el corazón encogido de su pequeña cuando ve que la derrota acecha, pero que están prestas a no permitir que la lágrima de la derrota ruede mas allá que la sonrisa de satisfacción por el esfuerzo demostrado; y sobre todo, a esa abuela, que con dos diablos rubios incapaces de quedarse un minuto quietos, observa como su pequeña mujercita, ataviada con su mejor vestido de color burdeos, lucha desde la pista por lo que ella siempre ha defendido desde un aula, desde donde enseñó a ese amigo mio, los valores de trabajo, amor, dignidad, esfuerzo, compromiso, entrega y generosidad, que hoy él tan bien transmite a su nieta….ella ve que su mensaje ha llegado,que el circulo se ha cerrado, ha cumplido, puede estar feliz. Asunción es esto.

La final se perdió. Pero una final nunca se pierde, se queda. Siempre se va a quedar ahí, en el recuerdo, para revivirla cuando que se quiera, y esta de ayer, se va a revivir muchas veces. De final perdida, a partido de leyenda. Las leyendas no se escriben , se reviven, se transmiten, se vuelve alli cada vez que se cuentan por los que alli estuvieron, y ayer hubo mucha gente, mucha gente que sintió lo mismo en el mismo momento, que desde la resignación inicial a una derrota segura, se sintieron golpeados por la ilusión fehaciente de que aquello era posible, de que derribar un muro es posible si todos golpeamos a la vez, y el orgullo final de que lo vivido esta tarde es el primer día de muchos días de nervios y de sensaciones que antes no teniamos, y que ahora pasan a formar parte de nosotros…todo se puede, si un equipo es quien lo pretende, y si van vestidas de burdeos más aún.

Sobre todo porque al frente de ellas irá alguien al que si le pides la luna, te dirá que no sabe cuando podrá traerla, pero que lo hará. Lo diré una vez mas….y no serán pocos los que no firmen debajo de esto. Ese entrenador, esa persona, ese que no se quitaba la estrella y el barco del pecho cuando no estaba de moda ser de un colegio, ese que se queda a tu lado cuando los vaivenes son mas fuertes que nunca, ese es quien no te va a fallar, y una vez mas lo ha hecho, ha sacado de un grupo de pequeñas deportistas un equipo que no se rompe ni en los momentos mas amargos, un caballero que reune a sus guerreras en torno a él, aunque no pueda articular palabra para decirles que perder esta bien si se hace como lo hacen ellas, y no hace falta que lo diga con palabras, porque el es ese tipo que impregna, que graba, y que a fuego te tatua el sello eterno de todo lo que toca.

Enhorabuena chicas, enhorabuena a esos padres y madres y enhorabuena entrenador, la Asunción orgullosa.

Jose Cabra
Publicado el 29 mayo de 2015.