Sabemos todos lo que es y cuando llega. El peor día de todos, el día en el que la paliza cae sobre uno como lluvia monzónica, ese día en el que no sale nada, llega al menos, el gol del honor.
Hay gente que no le da importancia a ese gol. Ciertamente, no lo tiene para muchas cosas, ya que el resultado final es una derrota, y los puntos en tu casillero serán los mismos que antes de ese partido, y al final…lo que queda es que hoy no era el día. Este gol hay que meterlo siempre, es el gol mas importante, es el gol que marca una tendencia, una actitud y un carácter…ese gol te define como equipo, te define como luchador, y te dignifica como equipo.
Somos una casa seria. Asumo el riesgo que este mensaje no se entienda, sin embargo, lo voy a mandar. Esta casa, la cual adoro y defiendo ante cualquiera, merece un repasito. Empezando por mi.
Estos dos primeros meses de temporada, han sido muy duros. Mucho por hacer, que además se me ha visto aumentado con una oportunidad para ser maestro en el lugar donde siempre quise estar. Ahora mi horario para la Asunción va desde la primera hora que marca el alba, hasta la última estrella que asoma en el cielo, y eso me ha hecho no llegar a todo hasta que no he conseguido organizarme como debería…pido perdón a todos los que han confiado en mi, de maestro, de coordinador, de entrenador, de hijo, de hermano, de marido, de yerno, o de amigo….pero he vuelto.
Por ello no puedo reprocharle un ápice a ninguno de mis entrenadores. Sin embargo quería pedirles perdón a todos, porque tendría que haber estado mas encima, mas pendiente o adelantarme a ciertas situaciones que han hecho que nuestro rendimiento haya bajado en algunos aspectos, y los dos primeros meses de la temporada los tenemos que calificar como poco para lo que nosotros necesitamos y buscamos, para lo que perseguimos; por ello, os solicito desde aquí, que ninguno este contento con el trabajo que ha hecho hasta ahora, y que aunque penséis que no, os pido un favor. Miraros al espejo, y preguntaros si podeis dar mas, si mañana podreis ser mejores que ayer, o si ya habéis tocado techo…la respuesta esta clara, para todos los que se ponen a nuestro cargo cada tarde, les debemos que seamos mejores, que hagamos mas, y que no estemos contentos.
Que nadie tenga miedo de reconocerlo, nadie tiene que pedirme perdón por nada, simplemente yo lo pido a todos por todos vosotros, a todos los que nos leen les reconozco que nuestro nivel va a subir a partir de ahora, que la culpa ha sido mía, y que este es mi gol del honor, el que nos permite llegar al siguiente entrenamiento con la sapiencia de que podemos, de que somos capaces y de que vamos a hacerlo.
No quiero dar excusas, pero quiero compartirlo.
No hace ni 6 semanas que mi padre se marchó. Yo siempre he hablado solo….a riesgo de que alguien en algún momento me oiga, cuando me siento en soledad, cuando creo que no hay nadie oyendo, hablo solo en voz alta. Siempre lo he hecho porque me ayuda, creo que es bueno oirte, te da perspectiva. Otra de mis manías era la de no llorar nunca delante de nadie, como hombre siempre he pensado que la debilidad habia que ocultarla y no mostrarla, guardársela para uno mismo. Hoy sigo llorando solo, sobretodo cuando estoy al volante, y sigo sacando al perro y hablando al mismo tiempo, pero la debilidad de uno es lo que te hace mejor, uno es mejor después de llorarlo, y uno aprende mas escuchando, y por supuesto que estoy solo, pero ya sé que aunque nadie este conmigo en ese momento, ya no hablo solo, alguien mas me oye.
Hay un momento muy complicado para todos los que nos quedamos, cuando perdemos a alguien. Los objetos personales de cada persona, hay que organizarlas. En ese momento, en el que hubo que organizar la ropa de mi padre, mi madre me preguntó si quería algo, y yo le pedí unos zapatos muy viejos y rotos que estaban allí olvidados. Desde que tengo uso de razón recuerdo a mis padres con esos zapatos, estilo sandalia como las que llevaban los romanos. Cogí los zapatos y los guardé en mi zapatero con el resto de mis zapatos. Cada mañana, cuando me visto, y abro el zapatero, los veo allí. Mi padre trabajó desde antes que el sol saliera hasta que la luna estaba en todo lo alto todos los días de su vida, desde que yo tengo uso de razón. Mientras yo estudiaba, el trabajaba, mientras yo jugaba, el trabajaba, y mientras yo salía y entraba, el trabajaba…con esos zapatos, hasta que se reventaron, hasta que no pudieron mas, y cada mañana ese es el mensaje que veo en ellos reflejados, que cuando me ponga mis zapatos, tengo que darlo todo, tengo dejar lo mejor de mi en cada paso, y sobre todo, aunque sepa que jamás trabajaré lo que el lo hizo, para que yo hoy, pueda estar donde estoy.
Por esto mismo, creo que podemos dar, podemos hacerlo mejor, porque por mucho trabajo que tengamos o por liado que estemos, a mi me han demostrado, que siempre hay alguien que por mucho menos, esta dejandose la piel en cada paso, y la humildad de esas personas, nos tiene que servir para trabajar con eso mismo, humildad.
Y por supuesto el último momento.
La vida es curiosa. Teniamos la sospecha, estabamos casi seguros, pero tuvo que ser todo así. El mismo día que el ginecólogo nos confirmó que íbamos a ser padres, y que escuché por vez primera latir el corazón de quien será mi desvelo de aquí a unos meses, visité a mi padre por última vez a su cama de hospital, me miró, y me cogió la mano, me dijo que estaba bien, y yo le dije que descansara que todo estaba tranquilo, que yo me encargaba de aquí en adelante de seguir con lo que nos dejaba…el cerró los ojos y descansó….ese fue su gol del honor, muchas gracias papá, te debía al menos esto.