Cómo un jardín

Son días largos, agobiantes y en muchas ocasiones desesperantes. Los primeros días a pleno rendimiento en una Asociación como la nuestra, con un número tan grande de niños y niñas entrenando a la vez, hace que a veces este trabajo resulte estresante. Sin duda, son los días mas dificiles de toda la temporada, cuadras listas, colocar a los entrenadores en su lugar y a los ayudantes necesarios, tramitar licencias con las federaciones, las equipaciones….todo lo necesario para un largo y estupendo viaje que emprendemos ahora, y que durará entre 8 y 9 meses y que nos llevará a tener desde satisfacciones inesperadas a decepciones inevitables.   Ayer tarde, me paré un par de minutos, desde lo alto del colegio, observé al resto de entrenadores. Todos muy concentrados con sus equipos, me hicieron ver que los pasos que nos han llevado hasta el día de hoy, han sido en su mayoría acertados, la ilusión se transmite y se contagia, y por parte de los responsables de los equipos, se palpa que la temporada se ha hecho esperar y que desde el primer día no van a cejar en su empeño de transmitir todo lo que saben con la mayor de las ilusiones posibles. Como siempre el mes de septiembre trae sus cosas no tan buenas, ya que no siempre el trabajo bien hecho se valora en igual medida por todos. Para este tipo de situaciones se me viene a la cabeza algunos ejemplos como el que voy a describir.   El año pasado me empecé a interesar por la jardinería….antes no podía ya que mi casa no era grande como para ello, pero ahora, que mi casa lo permite, me aficioné a ello. Compré un rosal, era bastante pequeño, sin embargo, mi ilusión y mi esperanza, era hacerlo grande, fuerte y sobre todo, fértil, para que diera preciosas rosas que adornaran el jardín. Día tras día, me acercaba a regarlo, a cuidarlo, a colocarlo en la mejor de las orientaciones, dándole a mi entender todo lo necesario para que se hiciera grande y fuerte. Empezó a crecer, y su aspecto era envidiable, sin embargo, no brotaba ninguna rosa. Pasaron los meses y seguía sin nacerle ninguna flor, pedí consejo a mi madre, a mi abuela, y aunque yo buscaba alguna solución rápida y efectiva, ambas coincidieron en decirme lo mismo “PACIENCIA”. No descuides su cuidado, pero ten paciencia, a las cosas hay que darle su tiempo, no existen formulas mágicas, si quieres tener un rosal fuerte, robusto y bonito, tienes que darle el tiempo suficiente para que agarre, para que se afiance y solo cuando eso ocurra brotará. Eso sí, en el momento en el que lo haga, no dejará de hacerlo. Hace una semana brotó el primer capullo….mas de 9 meses de dedicación. Pues quien no entienda la metáfora aplicada a nuestra filosofía y trabajo diario, es porque no entiende lo que tenemos entre manos. Son niños, es deporte, es base, es formativo, no hay camaras, no hay prensa, no hay presión, no hay prisa….hay trabajo y educación.

Jose Cabra
Publicado el 3 octubre de 2014.